VIAJE ANUAL PALENCIA-VALLADOLID 18-22 OCTUBRE

VIAJE ANUAL PALENCIA-VALLADOLID 18-22 OCTUBRE

 

Diez minutos antes de la salida del tren ALVIA que nos iba a llevar a Valladolid, en la estación Joaquín Sorolla, me comunican que debo escribir la crónica del viaje. Así que ya de vuelta me pongo a la tarea, y empiezo por acudir al Diccionario esencial de la lengua española, donde en la voz “crónica”, dice: “narración histórica en que se sigue el orden temporal de los acontecimientos”.

Por lo tanto la crónica ya está escrita (muy bien por cierto) en la Guía de viaje que nuestros compañeros organizadores han preparado, donde se nos ha describe el viaje día a día, menú a menú, iglesia a iglesia, pueblo a pueblo de una forma exhaustiva y completa, tanto, que uno de los viajeros escribió en el chat: “He visto el folleto y me parece que me quedo en casa, pues no nos lo van a explicar mejor”. Enhorabuena.

Así pues, esta crónica de un viaje tan bien anunciado, se limita a resaltar algunos aspectos del mismo que la guía no podía contemplar.

En primer lugar, destacar la armonía, cordialidad, alegría y ganas de disfrutar de los 31 viajeros en todos los minutos que ha durado el viaje, desde el encuentro en la estación (puntualidad ingenieril) hasta la despedida en la misma, deseando que venga pronto el próximo viaje. No es fácil conseguir ese grado de consenso y cordialidad en un grupo tan numeroso y por eso lo resalto y Nos felicito.

En el capítulo gastronómico, qué queréis que os diga: no ha podido ser mejor la elección de restaurantes y menús, desde la primera cena en Valladolid, con cuatro pinchos premiados a nivel nacional, segundo plato y postre, (celebrados con buen vino de la Ribera del Duero), pasando por la pantagruélica comida en Villalcázar de Sirga, en el Mesón de los templarios, donde después del conjuro del mesonero en su queimada ya se desataron nuestros propios cánticos con el regocijo general. Qué bien lo pasamos!!!

Ah, y después de esa comilona, al llegar al hotel, a cenar judías con chorizo y bacalao: cómo somos!!!

Todo eso después de agotar las existencias de dulces en Medina de Rioseco. ¡Cómo estaban los “abisinios”!

En cuanto a las visitas culturales, ha sido un verdadero placer admirar tanto arte e historia de España.

Monumentos como San Martín de Tours en Frómista o San Juan de Baños son una visita impagable. Y la villa romana de Ojeda? Y la Catedral de Palencia? Esa bella desconocida es impresionante. En fin, que ha sido un baño cultural de primera división.

También sorprendente ha sido descubrir esa gran obra de ingeniería que es el Canal de Castilla. Confieso que desconocía su grandiosidad, tanto en dimensión como en sus obras singulares. Esas esclusas y sobre todo ese acueducto de Abánades, realmente espectacular. Tanto, que un viajero quiso quedarse un rato “sentado” contemplándolo.

Y no os doy más la lata. Solo quiero añadir, que el gran éxito de este viaje lo debemos a nuestras “mujeres camineras que han sabido hacer una piña de amistad y armonía pocas veces vista. SON ESTUPENDAS

No quiero terminar sin dedicar un recuerdo a nuestro querido Santiago que nos ha acompañado en todo el trayecto.

Y fin. Gracias a todos.

 

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